HACE MEDIO SIGLO EL AREQUIPEÑO ALEJANDRO OLMEDO GANABA CON EL EQUIPO DE ESTADOS UNIDOS EL TÍTULO DE LA COPA DAVIS EN AUSTRALIA
Ha sido el primero y quizá también sea el último. Con una raqueta de madera en su hábil mano derecha y vestido totalmente de blanco, Alejandro Olmedo logró lo que hoy suena imposible para un peruano: ganar la Copa Davis. Hace exactamente 50 años, un arequipeño que empezó su carrera tenística como recogebolas le daba a Estados Unidos el tercer punto sobre el césped del Milton Courts, de Brisbane, y con ello la Ensaladera de Plata cambiaba de dueño. La hegemonía australiana había terminado gracias a un peruano.
El 'Cacique' completó su participación perfecta el último día de 1958 tras vencer a Ashley Cooper por 6-3, 4-6, 6-4 y 8-6. Antes había derrotado a Mal Anderson (8-6, 2-6, 9-7 y 8-6) y, en pareja con Ham Richardson, a la dupla Anderson-Fraser (10-12, 3-6, 16-14, 6-3 y 7-5). Tres puntos de tres en juego. Olmedo, o Alex para los 'gringos', ya era leyenda.
Pero esa llave dorada que le abrió todas las puertas del Salón de la Fama del tenis --al que finalmente ingresó en 1987-- resultó ser un demérito para algunos compatriotas que minimizaron su éxito por haber defendido a un país que no era el suyo. "Si uno nace en el Perú, muere como peruano", explicaría con el tiempo el 'Cacique' para aclarar que las raíces y los sentimientos jamás cambian.
"Las leyes dicen que si uno radica por tres años consecutivos en un país, y nunca defendió a su selección de origen, puede representarlo en la Copa Davis. Así lo hice con el equipo de Estados Unidos. Pero que quede claro que yo nunca dejé de ser peruano".
La teoría del tenista más grande que nació en suelo peruano puede corroborarse en sus victorias en los Grand Slam de Australia y Wimbledon, ambas en el 59, donde participó orgulloso con la nacionalidad peruana. En aquella temporada sería el número 1, en tiempos en los que el profesionalismo todavía no invadía el mundo del tenis.
VISA PARA UN SUEÑO
Olmedo siempre ha comentado que defender al equipo estadounidense fue una casualidad. Había viajado a Los Ángeles en 1954 para estudiar en una universidad y en poco tiempo su innata habilidad le permitió ganar el campeonato universitario de la NCAA. Allí empezó todo.
Años después el entrenador Perry Jones apuntó su nombre en la agenda y convenció al Comité de Copa Davis para aceptar a Alex en su equipo, lo que significaba que de miles de tenistas estadounidenses un peruano era el mejor. Se argumentó que Olmedo era residente y que Perú no participaba en el torneo. Esa apuesta fue lo mismo que ganar la lotería. EE.UU. recuperó la Ensaladera de Plata que estuvo tres años en poder de Australia.
Y mientras los estadounidenses festejaban el Año Nuevo con el título de la Davis, en el Perú también celebraban la noticia. Tan grande fue la alegría por la conquista que el ansiado regreso de Olmedo al país convocó a miles en el Estadio Nacional. Un partido de exhibición sería el premio para un pueblo que vivió pendiente la hazaña del 'Cacique'. Porque Olmedo --que con el tiempo se convirtió en profesor de tenis de grandes estrellas de Hollywood-- es y será siempre peruano. Sus huellas en la Ensaladera de Plata siguen confirmando que hace 50 años la Copa Davis fue ganada gracias a un peruano.
Fuente: El Comercio
Por: Guillermo Oshiro. Periodista
Ha sido el primero y quizá también sea el último. Con una raqueta de madera en su hábil mano derecha y vestido totalmente de blanco, Alejandro Olmedo logró lo que hoy suena imposible para un peruano: ganar la Copa Davis. Hace exactamente 50 años, un arequipeño que empezó su carrera tenística como recogebolas le daba a Estados Unidos el tercer punto sobre el césped del Milton Courts, de Brisbane, y con ello la Ensaladera de Plata cambiaba de dueño. La hegemonía australiana había terminado gracias a un peruano.
El 'Cacique' completó su participación perfecta el último día de 1958 tras vencer a Ashley Cooper por 6-3, 4-6, 6-4 y 8-6. Antes había derrotado a Mal Anderson (8-6, 2-6, 9-7 y 8-6) y, en pareja con Ham Richardson, a la dupla Anderson-Fraser (10-12, 3-6, 16-14, 6-3 y 7-5). Tres puntos de tres en juego. Olmedo, o Alex para los 'gringos', ya era leyenda.
Pero esa llave dorada que le abrió todas las puertas del Salón de la Fama del tenis --al que finalmente ingresó en 1987-- resultó ser un demérito para algunos compatriotas que minimizaron su éxito por haber defendido a un país que no era el suyo. "Si uno nace en el Perú, muere como peruano", explicaría con el tiempo el 'Cacique' para aclarar que las raíces y los sentimientos jamás cambian.
"Las leyes dicen que si uno radica por tres años consecutivos en un país, y nunca defendió a su selección de origen, puede representarlo en la Copa Davis. Así lo hice con el equipo de Estados Unidos. Pero que quede claro que yo nunca dejé de ser peruano".
La teoría del tenista más grande que nació en suelo peruano puede corroborarse en sus victorias en los Grand Slam de Australia y Wimbledon, ambas en el 59, donde participó orgulloso con la nacionalidad peruana. En aquella temporada sería el número 1, en tiempos en los que el profesionalismo todavía no invadía el mundo del tenis.
VISA PARA UN SUEÑO
Olmedo siempre ha comentado que defender al equipo estadounidense fue una casualidad. Había viajado a Los Ángeles en 1954 para estudiar en una universidad y en poco tiempo su innata habilidad le permitió ganar el campeonato universitario de la NCAA. Allí empezó todo.
Años después el entrenador Perry Jones apuntó su nombre en la agenda y convenció al Comité de Copa Davis para aceptar a Alex en su equipo, lo que significaba que de miles de tenistas estadounidenses un peruano era el mejor. Se argumentó que Olmedo era residente y que Perú no participaba en el torneo. Esa apuesta fue lo mismo que ganar la lotería. EE.UU. recuperó la Ensaladera de Plata que estuvo tres años en poder de Australia.
Y mientras los estadounidenses festejaban el Año Nuevo con el título de la Davis, en el Perú también celebraban la noticia. Tan grande fue la alegría por la conquista que el ansiado regreso de Olmedo al país convocó a miles en el Estadio Nacional. Un partido de exhibición sería el premio para un pueblo que vivió pendiente la hazaña del 'Cacique'. Porque Olmedo --que con el tiempo se convirtió en profesor de tenis de grandes estrellas de Hollywood-- es y será siempre peruano. Sus huellas en la Ensaladera de Plata siguen confirmando que hace 50 años la Copa Davis fue ganada gracias a un peruano.
Fuente: El Comercio
Por: Guillermo Oshiro. Periodista
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